En invierno, debido al frío, nuestros pies permanecen tapados la mayor parte del día.
La fricción y el calzado cerrado provoca humedad, callos y expulsión de pieles muertas, incluso en algunos casos más severos las uñas tienden a ahuecarse.
Una actuación sencilla pero regular en el tiempo evita estas incomodidades y aporta ese confort que tanto tus pies como tus piernas necesitan.
Una pedicura con exfoliación y mascarillas cada 4 o 5 semanas mantiene el crecimiento de las uñas controlado y evita la acumulación de pieles muertas.
Preparando el pie en invierno no sufrirás el trauma de los primeros días del cambio de calzado con la llegada del buen tiempo.
A mi me funciona... Inténtalo!!
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